En las calles y plazas, a la pelota o con patines.
De todos/as es conocida mi lucha y mi trabajo, para conseguir que se eliminase la absurda modificación de la normativa de convivencia de La Almunia que prohíbe a los niños y niñas jugar a la pelota.
Y de todos/as es conocido el trabajo que hemos hecho desde CHA en los plenos del Ayuntamiento, con alegaciones, recogidas de firmas, con la prensa de Aragón la Ser, el Heraldo, el Periódico, Aragón Press, con una Queja al Justicia de Aragón, y mi esfuerzos con el fb, el twitter, publicando en el Mundo, con una campaña de change.org, y hablando mucho de ello, en la calle, en reuniones, en jornadas con expertos, con Tonucci, con Unicef Aragón….
Y al final el cambio lo han hecho posible los vecinos y vecinas con sus votos al conseguir cambiar el Gobierno Municipal.
Estoy contento de que una de las primeras decisiones del nuevo gobierno municipal del que formo parte sea eliminar la prohibición. Y que en esto también hayamos coincidido con el deseo de la Alcaldesa de La Almunia y los compañeros del PSOE de hacerlo rápidamente. Y hacerlo efectivo en el primer pleno que se pueda llevar.
Y poder contestar a mi hijo y a sus amigos que ya se puede jugar a la pelota en La Almunia.
Atrás queda la imagen de un pueblo de pandereta y llega la de un pueblo innovador, amable y feliz que defiende a la infancia. Y en el que como siempre sigue estando prohibido hacer actos vandálicos.
Con la canción de Diego Escusol Nogueras recuerdo este triste aniversario. Pues sí Diego era cierto y además cosa de algún idiota, (o de varios) que en La Almunia no se juegue a la pelota.
Con tan mala suerte de que quien lo decidió fue por mayoría absoluta, el Gobierno Municipal del Partido Popular, con su Alcalde a la cabeza, con la oposicion de CHA y PSOE y buena parte de los padres y madres, vecinos y los propios niños/as a los que como en tantas otras cosas no han escuchado en todo este mandato.
Por entonces también el colegio estaba en obras y así continuó hasta noviembre, con los niños amontonados en el otro colegio, como también cantaba Diego.
Por si acaso a alguien se le han olvidado ya estos despropósitos contra la infancia de La Almunia, les refresco un poco la memoria: por si prohibir jugar en la calle les parece una tontería, les recuerdo que también la escuela municipal de música comenzó en enero, y ahora en marzo el PP (sí, el concejal de festejos y el de personal, obras y servicios) ha comenzado a hacer presión a los propietarios de algunos locales de peñas para que cierren y dejen a los chavales en la calle.
Quien tiene tan poco talento ni talante para tratar a la infancia y la juventud de su pueblo, quizás debería irse a su casa y no tener la vergüenza de presentarse de nuevo a las elecciones.
Mientras Unicef publicaba hace unos días la lista de Ciudades Amigas de la Infancia entre las que están Calatayud, Ejea o Huesca, La Almunia engrosa ya la lista negra de los pueblos y ciudades del mundo en las que los niños no se tienen en cuenta para nada.
Gracias a su cabezonería y a la de su magnífico equipo de gobierno con su concejal de educación a la cabeza y sus responsables de Cultura, Agricultura o Acción Social después La Almunia ya no es ni será por mucho tiempo amiga de la infancia.
Prohibir jugar a la pelota en las calles y plazas es una actitud déspota y dictatorial digna de cualquier estado sin derechos en los que se prohíbe a los ciudadanos más indefensos de la sociedad un derecho fundamental que limita las posibilidades de socialización en el espacio público.
En su etapa de gobierno ha privilegiado las normas prohibitivas sobre otras soluciones conciliadoras de los intereses de todos. Y cuando tiene que favorecer su educación les convierte en infractores potenciales por el sólo hecho de jugar.
Imagino que ni conocerá ni le importarán las recomendaciones de Tonucci el pedagogo italiano que recomienda desde hace más de 20 años el juego en la calle, la autonomía en la calle o que se cuente con los niños para planificar las ciudades.
Imagino que les dará igual la fractura social que han provocado sus decisiones en el inicio del curso escolar o con el retraso en el inicio de la Escuela Municipal de música.
Imagino que estará tranquilo cuando a los niños con necesidades alimenticias se les niegan las becas de comedor que concede el Ayuntamiento por las deudas de sus padres.
E imagino que también les dará igual que se construya antes un pipican eliminando un trozo de zona verde antes que un espacio para los niños y jóvenes para practicar con los patines y monopatines que ustedes han convertido en objetos ilegales que pueden provocar una nueva multa para sus familias.
Ya me dirá qué siente cuando la policía haga identificaciones en los parques y plazas a los niños que estén jugando a la pelota.
Lamentablemente tenemos un gobierno municipal enemigo de la infancia mientras el pueblo de La Almunia en su mayoría es sensible a sus problemas y defensor de sus derechos.
Quizás algún día también tenga que pedir perdón. Para entonces seguro que será demasiado tarde como le pasa a su presidente de partido con sus compañeros corruptos que como usted nos pedían austeridad.